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Cómo ha capeado Blablacar el temporal de Uber

  • Foto del escritor: albertarnausv
    albertarnausv
  • 24 feb 2015
  • 5 Min. de lectura
Vincent Rosso, cofundador y director general de Blablacar en España y Portugal

“Las startups europeas ya comenzamos a interesar a los inversores extranjeros”

Dos millones de personas utilizan cada mes en Europa el servicio de coche compartido de Blablacar, una plataforma con más de 14 millones de usuarios que intermedia entre viajeros y conductores sin que entre ellos exista ningún ánimo de lucro más allá de cubrir los gastos de viaje.

Rafael Galán 16/01/2015

El taxi que hemos cogido para desplazarnos hasta las oficinas de Blablacar en Madrid se detiene en un semáforo del Paseo de la Castellana, a punto de llegar al cruce con la calle Raimundo Fernández de Villaverde. El taxista, que no ha dejado de hablar desde que nos montamos en el coche, aunque no hemos dado muestras de que estuviéramos vivos, levanta el brazo derecho y como si fuera la barcelonesa estatua de Colón señala hacia un edificio altísimo y blanquísimo con un dedo inquisitorial y suelta: “¿Ve usted ese edificio? Voy a prenderle fuego”. Luego añade: “Ahí están las oficinas de Google. ¿Sabía usted que Google es el principal inversor en Uber? Bueno también están Goldman Sachs y Benchmark, pero esos no sé dónde están, así que se libran”.

Sin ánimo de ser esnobs, nos sorprende que este taxista tenga tanta información sobre el mundo emprendedor. Lo de Google, vale, es comprensible. Lo de Goldman Sachs y, bueno, lo de Benchmark, ya es para nota. El resto del viaje se resume en todo tipo de improperios a Uber. Cuando se cansa de insultar a la empresa, aprovechamos y le preguntamos sobre Blablacar. “Ah, sí, esos me parecen bien. No nos hacen daño”, dice. La verdad es que la pregunta no tiene mérito. Tendría más mérito hacerla si hubiéramos ido de camino a entrevistar a un cofundador de Uber o si hubiéramos ido montados en un autobús de línea.

Al que seguro no conoce el taxista es a Index Ventures, uno de los principales fondos de inversión internacionales, que acaba de invertir 73 millones de euros en Blablacar, y que recurrió a una anécdota poco conocida de Jeff Bezos, CEO de Amazon, para justificar la apuesta por esta compañía francesa.

Según contaban Martin Mignot y Dominique Vidal, los inversores de Index Ventures el mismo día de hacerse pública la inversión en su blog, Bezos tiene una contundente forma de explicar cómo piensa acerca de la propuesta de valor de Amazon en el largo plazo: “A menudo me preguntan qué va a cambiar en los próximos 10 años. Pero nunca me pregunta nadie qué es lo que no va a cambiar en los próximos 10 años. Y esta pregunta es mucho más importante que la primera porque sólo se puede construir una estrategia de negocio sólida en torno a las cosas que son estables en el tiempo. En nuestro negocio al por menor sé que los clientes quieren precios bajos ahora y dentro de 10 años, y sé que dentro de 10 años también van a querer una entrega rápida. No creo que un cliente venga dentro de 10 años y me diga, Jeff me encanta Amazon, pero sólo desearía que los precios fueran más altos”.

Los millenials y la movilidad

“Lo mismo ocurre con Blablacar: dentro de diez años la gente querrá viajar de un punto A a un punto B (para visitar a su familia durante el fin de semana, para asistir a una conferencia, para presentarse a un examen...) de la forma más económica”, concluía el texto de Index Ventures.

“Ahora, por estadísticas, no lo decimos nosotros, los millenials ya no quieren coches. Saben que hay otras fórmulas. Va a haber un giro desde el coche en propiedad al servicio de movilidad. Esos cambios de la sociedad están impulsados por la tecnología, pero también hay un cambio de comportamiento en las nuevas generaciones. Por ese motivo, fabricantes de automóviles como Daimler se posicionan para comprar empresas de movilidad como MyTaxi. Saben que las cosas pueden cambiar con el tiempo. No se sabe cuándo ni cómo, pero se camina hacia menos coches en propiedad y hacia la movilidad, compartida... o no”, argumenta Vincent Rosso, cofundador y director general de Blablacar en España y Portugal.

Algo debe de tener el mercado de la movilidad cuando también entran empresas del peso de Daimler (Mercedes-Benz) o BMW con distintos modelos de in-house car rental como sus proyectos Car2go, la primera, y DriveNow, la segunda, que no dejan de ser experimentos (cobran por el alquiler de sus vehículos), pero que marcan una clara tendencia hacia un cambio de modelo.

No es la primera vez que entrevistamos a Vincent Rosso. Hace cuatro años, cuando todavía se llamaban Covoitourage y acababan de entrar en nuestro país [llevaban ya cuatro en el mercado] con la marca Comuto, les dedicamos un cuarto de página, un espacio que compartieron con Amovens, otra empresa de su mismo mercado, pero con distinto modelo de negocio (cobran por desarrollar y mantener plataformas para terceros, instituciones públicas, como universidades, y empresas privadas). Hoy se han ganado cinco páginas por su capacidad para expandirse por todo el mercado europeo y por atraer una de las mayores inversiones de un fondo internacional en una empresa europea. Y eso que todavía no son rentables. Aunque no es difícil estimar los ingresos de la compañía: un 20% de dos millones mensuales de viajes, a unos 50 euros de gasolina por viaje medio y a tres personas por viaje... unos seis millones de euros de ingresos, euro arriba, euro abajo. Pero esto hay que estimarlo porque la empresa no ofrece datos de facturación, aunque sí reconoce que todavía no es rentable fuera de Francia. De momento.

Así, ¿cómo se convence a un inversor para que ponga dinero en un negocio que lleva ya ocho años sin ser rentable? En 2014, Index Ventures ha invertido 73 millones de euros y hace dos años el fondo de inversión estadounidense Accel Partners desembolsó ocho millones de euros.

Claves de éxito

Acierto de branding

“Conceptualmente es complicado explicar lo que hacemos. Piensa en ello: menos coches, se conectan por Internet, compartir gastos, viajar hacia un mismo destino... No es fácil de explicar ni de entender a la primera. Hay gente que piensa que es como un chófer o un taxista y no es su función. No está a tu servicio. Se comparten gastos y viaje. Son matices que la gente no sabe de primeras. Eso genera conflictos entre diferentes modelos de movilidad. El nombre nos ha ayudado. Remite a la relación social, a la conexión entre los viajeros, al nivel de conversación”.

Producto – mensaje “Geolocalizar el marketing nos ha funciona realmente muy bien. Nos ayuda a contextualizar. Tan local como puedas. De todas formas, la mejor comunicación ha sido el propio producto. No es tanto la acción de marketing como la gente que lo recomienda. La mitad de usuarios llegan por referencias. La experiencia de usuario es la que te da credibilidad y la que permite que mercado reconozca que tienes el mejor producto. Así es como nosotros hemos pasado de un producto freemium a uno de pago y la gente ha seguido con nosotros y no se ha ido con la competencia, que es gratuita”.

Colaborativo puro

“Desde el comienzo hemos tenido claro que los usuarios no podían tener ánimo de lucro. Nuestro papel es verificar, controlar, que eso se cumple, aunque la responsabilidad sea del usuario final. Nosotros tenemos que poner los medios para controlar ese punto para no desvirtuar el modelo colaborativo”.

FUENTE:

eMPRENDEDORES

http://www.emprendedores.es/casos-de-exito/blablacar-compartir-coches


 
 
 

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